Page 1 Page 2 Page 3 Page 4 Page 5 Page 6 Page 7 Page 8 Page 9 Page 10 Page 11 Page 12 Page 13 Page 14 Page 15 Page 16 Page 17 Page 18 Page 19 Page 20 Page 21 Page 22 Page 23 Page 24 Page 25 Page 26 Page 27 Page 28 Page 29 Page 30 Page 31 Page 32 Page 33 Page 34 Page 35 Page 36 Page 37 Page 38 Page 39 Page 40 Page 41 Page 42 Page 43 Page 44 Page 45 Page 46 Page 47 Page 48EL MOLINO - Edición Especial 10 AÑOS - 31 Mateus Paranhos da Costa Es zootecnista y profesor de Etología y Bienestar Animal de la Universidad de São Paulo (Brasil) y coordinador del Grupo de Estudios e Investigación en Ecología y Etología Animal (ETCO). Hace más de 25 años se dedica a la tarea de formación de criadores, peones, técnicos y público en general sobre la importancia de cuidar a los animales de producción. Fue quien introdujo el tema del bienestar animal en Brasil y uno de los principales especialistas en manejo racional. ¿Qué es el bienestar animal? La definición de bienestar animal es compleja. Incluso dentro de las universidades hay divergencias en- tre el conjunto de investigadores. Científicamente, consideramos que es una característica de cada animal, y eso abre un amplio abanico de inter- pretaciones. La definición que a mí más me gusta es la del estado del or- ganismo en el que un animal trata de adaptarse a su ambiente. Tener con- fort en la superficie, agua, comida, salud, ausencia de estrés y atención del peón. ¿Qué lugar ocupa esto entre los de- safíos de la ganadería moderna? Los nuevos desafíos surgen frente a las exigencias de los mercados consumi- dores, entre las que destacamos tanto la sustentabilidad social y ambiental como el bienestar animal, que ingresa a la cadena productiva de los alimen- tos de origen animal como un criterio de calidad. En relación con la carne bovina, por ejemplo, como atributos de calidad se reconocen el color, la textu- ra y el sabor, y junto con estos estará el bienestar animal, que puede caracteri- zarse como la manera en que el animal fue tratado y las prácticas de manejo adoptadas en el establecimiento pro- ductor y en el frigorífico. Hay una tendencia de la socie- dad brasileña y de los mercados importadores de productos de origen animal a pedir a los gobiernos están- dares mínimos de bienestar animal en las cadenas productivas.  ¿Por qué aparece esa demanda? Esto es así porque las cuestiones in- volucradas poseen una fuerte presen- cia en los códigos morales y éticos de varios países: no se acepta más que el tratamiento apropiado de los ani- males sea una alternativa de libre elección. Los productores y las empresas que cumplen con los requisitos de bienes- tar animal están en una posición pri- vilegiada en las negociaciones, ya que estos requisitos se transforman en ca- racterísticas intrínsecas del producto, y expresan un valor económico po- tencial. Pequeñas alteraciones de ma- nejo y de las instalaciones, incluso las asociadas a bajas inversiones, pue- den representar una elevación im- portante en el estándar de bienestar de los animales, lo que minimizaría pérdidas en los sistemas productivos. ¿Es posible estimar las pérdidas provocadas por no respetar el bienestar animal? Relevamientos que efectuamos en tres años de investigaciones, con se- guimiento de la faena de 100 mil ca- bezas, muestran que por lo menos el 50% de los animales presentan un “En promedio –ya que hay reses en las que se encuentra una magulladura, mientras que otras están totalmente lesionadas– la pérdida económica es de 500 gramos de carne desperdiciados por hematomas, lo que totaliza 10 millones de kilogramos de carne perdidos por año debido a lesiones en las reses. El 40% de esas lesiones se da dentro del establecimiento productivo”. Mateus Paranhos da Costa, zootecnista y profesor de Etología y Bienestar Animal de la Universidad de São Paulo.